Este grupo escultórico, originariamente situado en la hornacina que se alza en la portada principal de esta iglesia, hoy sede de la Fundación Museo de las Ferias, representa a San Martín, titular del antiguo templo, en la célebre escena en que aparece compartiendo su capa con un pobre. Realizada por un escultor anónimo, se instalaría, con toda seguridad, después de haberse reformado el arco de acceso al interior, en 1598.
Respecto a la iconografía de la pieza, la narración cuenta cómo, estando sirviendo Martín como militar en la ciudad francesa de Amiens, un frío día de invierno se cruzó en el camino con un hombre que estaba a medio vestir; en su encuentro, partió su capa en dos mitades con la espada y le dio una de ellas. Esa noche vio en sueños que era el propio Jesucristo quien se le aparecía vestido con el medio manto que él había regalado al vagabundo, por ello, en ocasiones, este personaje aparece nimbado para indicar que se refiere al Salvador. El tema tuvo gran éxito desde la época gótica y convirtió a San Martín en un símbolo de la caridad cristiana.
También se suele representar a este santo vestido de pontifical con casulla, capa e insignias episcopales -como ocurre en la escultura que presidía el retablo aquí instalado, actualmente en el crucero de la iglesia de Santiago-, por su condición de obispo de Tours. Asimismo, en compañía de un pato silvestre o una oca ya que su festividad, el 11 de noviembre, coincide con el vuelo migratorio de estas aves. En algunas zonas se le venera como santo protector de las caballerías y, por ello, se le ofrecen herraduras como exvotos.
La escultura sigue la pauta del San Martín y el pobre realizado en madera policromada por Gregorio Fernández, actualmente en el Museo Diocesano de Valladolid. Desde el punto de vista estético, su elaboración es discreta y dista mucho de la calidad del conjunto que Antonio Tomé realizara para la fachada de la iglesia parroquial del mismo nombre en Valladolid, obra con la que guarda tan sólo la semejanza de la misma iconografía. Ello pone de manifiesto la intervención de un oficial entallador de alguno de los talleres locales abiertos por entonces en la villa. Hace ahora cinco años, esta pieza fue objeto de una agresión que la fragmentó en numerosas partes; recompuesta y restaurada con buen criterio por Luis Salazar durante los meses anteriores a la inauguración del Museo, actualmente puede contemplarse en el cancel de entrada al mismo.
Esta
pagina está en constante actualización, diseñada para visualizar
en 800 x 600 y superior, mantenida por Juan Antonio del Sol Hernández -
MEDINA DEL CAMPO, -- Teléf. 696 42 68 94 -- Última modificación:
2002-2014